No desprecie la invitación que me hizo don Antonio, en efecto, fui a su casa y pasamos (sancho y yo) unos días allí.
Don Antonio nos enseño un busto parlante que tenia la capacidad de responder cualquier pregunta que le hiciesen. Por desgracia, don Antonio nos enseño el busto, por primera vez, el viernes y los viernes el busto no suele hablar; por lo que no le pudimos preguntar absolutamente nada.
Salimos a dar una vuelta y me sorprendí al ver que tantas personas me reconocieran en ese pueblo. Era increíble ver como las personas me saludaban con tanto júbilo. Eso demuestra el esfuerzo que he hecho en mi trabajo, y todas las personas se han dado cuenta de eso y me lo reconocen.
Asistí a una fiesta y dos muchacha me sacaron a bailar. Al princpio no me molesto bailar con ellas pero despues de rato de notar las insinuaciones que me hacían, me di cuenta de que ellas no esperaban de mi un simple baile entonces tuve que pedirles que por favor me dejaran en paz, ya que ellas no tendrían ningún espacio en mi corazón. Mi corazón pertenece a una sola persona: Dulcinea del Toboso. Y yo soy un hombre fiel que jamas se dejaría llevar por las insinuaciones de 2 muchachas jóvenes.
Al día siguiente fui a la sala del busto a ver si hoy el busto si me podría contestar algunas preguntas. Y en efecto, el busto contesto todas las preguntas. Sancho pregunto que si el volvería a gobernar y el busto le contesto que lo haría en su casa y que dejaría de ser mi escudero cuando me abandonase.
Días después, visite una imprenta y vi que estaban corrigiendo el libro de Avellaneda. No me pude contener, y tuve que decir que todo lo allí escrito eran mentiras.Me molesta que la gente diga mentiras.
domingo, 25 de septiembre de 2011
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