sábado, 1 de mayo de 2010

cap.17


Le conté a Sancho un secreto muy profundo y lo hice prometer no contarselo a nadie, mientras yo este con vida. Mi secreto no lo puedo revelar, ni siquiera a mi diario, ya que si alguien lo encontrasé, lo leería y mi secreto sería revelado al mundo entero. Lo único que os puedo contar ,querido diario ,es algo que pensamos ,Sancho y yo, esta ocurriendo en este castillo. Ambos estamos de acuerdo, con que algo raro pasa en el castillo, y no nos cabe la menor duda de éste está encantado.

Mandé a Sancho en busca de ciertos ingredientes que necesitaba para poder hacer mi famoso salutífero bálsamo. El cual está compuesto por : aceite ,sal ,romero y vino. Éste sirvirá para aliviar nuestros dolores. Cuando Sancho me trajo, lo que necesitaba, empecé a mezclarlo todo y lo cocí hasta que ví que ya estaba en su punto. Despues le hice unas oraciones para que así me pudiese curar con un poco de ayuda divina. Apenas me tome el bálsamo empecé a vomitar, hasta el punto de no tener nada en mi estómago, pedí que me arroparan y me dejaran descanzar, para así recuperarme del todo. Y así fue, dormí durante 3 horas y cuandó desperté estaba aliviado, éste remedio es simplemente maravilloso.

Sancho al ver mi recuperación milagrosa, me pidió poder beberse lo que quedaba de el brebaje. Y yo le otorgue tal privilegio, con tan mala suerte, que se me había olvidado que ese remedio solo sirve con los caballeros armados y Sancho por consecuente no lo es. Así que, en lugar de aliviarlo, lo empeoró.

Estaba ansioso de poder retomar mis aventuras, porque ya hacia mucho tiempo no me sentía tan bien como me siento en este momento, por desgracia mi compañero no se sentía de la misma manera; pero yo siempre e pensado : dichosos aquellos que aprovechan el tiempo. Y yo ya no puedo perder más del mío, así que ahora mismo preparé todo para poder salir en busca de aventuras, ayudare a mi amigo Sancho a vestirse y a subirse al asno.
Mande a llamar al caballero, dueño del castillo encantado, para darle las gracias por habernos acogido en su hermoso castillo y también le recordé que el podría contar conmigo y con Sancho siempre que tuviese algun problema con alguien. A lo que el caballero me contesto, con un tono modesto: yo no necesito que usted me vengue con nadie, solo necesito que me pague lo que me debe, por su estadía en la venta. Y yo le conteste: que me encontraba engañado, ya que yo pense que era un castillo. Y que de acuerdo con los libros de caballeria, ningun caballero debía pagar, en donde se hospedara, ya que los caballeros sufren muchas cosas (el clima, batallas, raspones, golpes...) y por eso, no se paga en donde pasen la noche, ya que eso es como un tipo de recompensa por el arduo trabajo, que éstos efectuan. El ventero no me quizo comprender; así que como yo ya le había dado mi más humilde explicación, me retire y me fui de su venta. Por consecuente le cobraron a Sancho, su estadía en la venta y Sancho decidió decir mi misma excusa y irse sin pagar. Pero con tan mala suerte que unos bandidos lo atraparon y lo torturaron un rato. Yo intenté rescatarlo ,pero se me hizo imposible, ya que la venta estaba totalmente cerrada. Le robaron sus alforjas, como un intercambio por los buenos servicios que le habían otorgado, los de la venta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario