jueves, 27 de mayo de 2010

23

He encontrado la solución a todos mis problemas. De ahora en adelante se acabaran terribles golpes, ya no sufriré mas, no tendré problemas con las personas por mi comportamiento, en fin, mi vida será más sencilla, pero tranquila. Viviré feliz y en paz con todos.

Y es que… me siento tan tonto, de no haber visto la solución antes. Os contaré que mi solución estuvo siempre conmigo, nunca se separo de mi, sufrió conmigo (por mis locuras), combatió conmigo hasta el final de las batallas, en fin.. El y yo somos inseparables, pero, yo , hasta ahora me doy cuenta de que Sancho, mi fiel escudero, es un gran sabio, y el siempre me ha dado consejos, para que yo no cometa los mismos errores una y otra vez, pero yo por mi afán por cumplir con mi código de honor, de caballero, no tomaba sus consejos en práctica, y simplemente hacia lo que yo pensaba era lo correcto. Pero ya me cansé de tanto sufrir, de que nadie agradezca mis buenos actos, de que me golpeen… Y en el fondo siento que Sancho tampoco merece este tipo de comportamiento mío, ya que el, al igual que a su amo, sale herido.

Desde ahora haré caso a todo lo que Sancho me diga, que debo hacer.

Lo primero que Sancho se dispuso a hacer (y yo a acatar) fue entrarnos por una parte de sierra Morena, para así atravesarla toda e ir a salir al Viso o a Almodóvar del Campo. Para quedarnos ahí unos días, escondidos, por si la Hermandad nos buscase, que no nos encontrase.
De camino... Me encontré un bolso, estaba caído en el suelo, así que quise levantarlo para así averiguar que se encontraba dentro de éste. Adentro del bolso hallé dinero, un libro y comida podrida. Le regale el dinero a Sancho, bote la comida podrida y abrí el libro, para así poder recopilar información del posible dueño del bolso.

Me interese mucho, por saber el dueño de estas cosas. Leyendo el libro, me intrigaba cada vez más por saber el nombre de este personaje misterioso, dueño de estas cosas, y por saber el porqué había dejado olvidadas sus cosas, ansiaba saber el porqué de todo… pero por desgracia no tenía ninguna de las respuestas de las preguntas que me formule anteriormente.

De camino, Sancho y yo, nos topamos con un cabrero. Al cual, sin duda le pregunte, que si él sabía a quién le podía pertenecer el libro y si era así, que nos informara del paradero de este desconocido. El cabrero muy amablemente, nos conto todo lo que sabía, lo cual no era mucho, pero nos sirvió de ayuda, la información.

martes, 25 de mayo de 2010

22



Estoy sumamente desconcertado. No me cabe en la cabeza el hecho de que yo haciendo el bien a personas indefensas y maltratadas, me traten de la peor manera posible.¿Que acaso tengo que hacer cosas malas para que me traten bien?
Me siento victima de mi propio acto heroico. Me siento usado por las personas que crei eran buenas.
Estoy golpeado y casi desnudo. Pasando un frio terrible con mi amigo sancho y tras de eso tratando de aguantar el dolor de las pedradas que nos dieron.
Les contaré lo que nos paso, para que así puedan comprender el dolor que siento(interno e externo).

Todo empezo asi:
Sancho y yo estabamos caminando cuando de repente nos dimos cuenta que un monton de personas se dirigian en direccion hacia nosotros. Habia una fila de personas esposadas. Y estas personas eran vigiladas cuidadosamente por otras, estas otras llevaban escopetas o dardos y espadas. Me pareció muy extraño ver este acontecimiento, ya que nunca antes lo habia presenciado. En eso, Sancho me dijo que esa cadena de personas eran galeotes, que estos habian cometido delitos y que por eso son gente forzada por el rey y deben ir a las galeras.
Ese acto que comete el rey, no me parece del todo correcto; ya que no es de voluntad que estan llevando a estas personas a las galeras y me parece que los delitos que éstos hayan cometido, no pueden ser tan graves como para no perdonarselos. Habiendo dicho esto, me parece que mi oficio de caballero, debe intervenir con este acto, poco humano e injusto.
Así que le pregunte a cada uno de los galeotes el delito que éste habia cometido, para ver si les podia librar de tan miserable castigo , al que iban a ser sometidos.
Despues de haberles preguntado a cada uno de ellos, sus delitos. Me parecio que lo correcto seria liberarlos.
Tuve una gran confrontacion con los guardias , ya que éstos vigilaban a los galeotes y no se encontraban de acuerdo con mi decision , de dejarlos libres; su oficio no permitia que yo liberara a tales delincuentes.
Hubo una gran pelea entre los guardias, los galeotes , Sancho y yo. Al final, el que salio mas perjudicado fui yo, ya que yo les dije a los galeotes que por haberlos liberado, lo unico que yo pedia en compensacion a lo que habia efectuado a favor de ellos era que buscaran a mi amada Dulcinea y que le relataran con detalle lo que su amado caballero habia efectuado por ellos. Lo malo es que todos se negaron a mi peticion, y se pusieron todos en contra nuestra(sancho y don quijote), tierandonos piedras, tratando de matarnos y dejandonos casi desnudos.

¿Por que Sancho y yo siempre tenemos que salir heridos?

sábado, 22 de mayo de 2010

cap. 21


Nos estabamos mojando, Sancho y yo buscabamos algun tipo de refugio en donde escampar de la lluvia. En eso ,Sancho, me dijo que entraramos en el molino de los batanes; a lo cual yo no accedí, ya que yo tengo dignidad y la burla que éstos me hicieron la vez pasada, nunca la podré olvidar.
Hoy me e dado cuenta de que mi querido Sancho , no es mas que un simple ignorante, ciego y alguien que cree tener la razon, cuando en realidad no la tiene. Les explicaré el motivo de que yo os describa a mi escudero de esta forma. Imaginense que el otro día Sancho y yo estabamos cabalgando por un camino desconocido, cuando yo a lo lejos pude distinguir a un hombre montado en su distinguido caballo, éste llevaba puesto el yelmo de Mambrino. El yelmo que yo tanto ansiaba tener. Le informe a Sancho de lo que yo acababa de ver y éste lo único que me dijo fueron un monton de boberias, sin sentido. La verdad es que yo creo que Sancho debería ir al médico y revisarse porque creo que esta perdiendo la cordura.
Cuando el caballero se estaba acercando hacia nosotros, le dije a Sancho que se apartara de mi camino, porque debia pelear,para asi conseguir mi yelmo adorado. Cuando Sancho se apartó, hize correr a Rocinante a todo galope, queria tener cara a cara a ese miserable caballero que tenia el yelmo que yo queria y que el no merecia. Quería luchar contra el , y así ganarme el yelmo. Pero cuando me acerque hacia él con mi lanza, éste lo unico que hizo fue esquivar mi furia, dejandose caer por su caballo e huir de mi, lo más rapido que pudo, dejando caer su yelmo. Ese acto, me pareció cobarde por parte de ese otro caballero , ya que yo estaba dispuesto a pelear contra el para asi adquirir el yelmo, pero al fin y al cabo siempre obtuve lo que quize.
Sancho levanto el yelmo y me lo colocó en la cabeza, en forma de burla. Yo lo regañe, simplemente no soporto de que la gente por su ignorancia se burle de las cosas solo porque no saben que son y el valor que estas tienen.
Sancho me pregunto que ibamos a hacer con el caballo que el hombre habia dejado botado. Yo la verdad no tenia muy claro el dato, asi que discutimos a cerca del tema , durante un rato.
De camino, Sancho y yo empezamos a relatar un sin fin de fantasias, que con mucho esfuerzo, lograriamos. Yo quiero convertirme en rey y el en mi noble principal. Ambos viviriamos con todas las comodides y tendriamos a las mujeres mas hermosas como nuestras esposas.

sábado, 1 de mayo de 2010


Dios nunca nos ha dejado desamparados, ya que nos envió comida y gracias a el estamos vivos, a pesar de que hemos sufrido bastantes tropiezos, seguimos bien, y por eso le agradezco montones a Dios.

Después de haber comido, guardamos los restos de comida sobre los caballos, y empezamos a caminar, sin rumbo, ya que no teníamos la menor idea de donde estabamos, pero estabamos seguros de que algún camino nos llevaría a algun lugar habitado por alguien.


Mientras caminabamos escuchamos unos ruidos, misteriosos. Yo quize ir a investigar de donde provenían pero Sancho tenía mucho miedo como para quedarse solo, y me pidió que me esperase hasta que amaneciera, para ir a investigar. Yo no le hice caso, pero un señal de Dios me hizo cambiar de parecer repentinamente. Esta señal fue que cuando me dispuse montar a Rocinante, éste no se quizo mover, por más que le dije que se moviera, no quizo.


A la mañana siguiente, Sancho y yo, fuimos a investigar de donde provenía el ruido, que toda la noche nos aturdió, y no nos dejó en paz. Y al poco caminar, nos dimos cuenta que el ruido era provocado por un golpeteo de unos mazos. Ésto nos causó bastante risa, ya que nosotros pensamos que el ruido era ocacionado por fantasmas o demonios y era un simple golpeteo, sumado con el miedo y la oscuridad de aquella noche, la que no nos dejaba dormir tranquilamente.


cap 19


Sancho me ha abierto los ojos con la verdad, me ha dicho que todas estas desdichas que nos estan ocurriendo es debido a que no hemos cumplido con las promesas y juramentos que hemos efectuado, quebrantandolas constantemente. Yo había jurado no volver a comer pan, y la verdad es que no me recordaba de tal juramento, hasta que Sancho me lo recordó, por lo que también Sancho tiene la culpa de nuestra desdicha. Y por eso le ha pasado lo que le ha pasado, aunque yo no me quedo atrás, creo que ya e sufrido suficiente martirio, con los golpes y heridas que e recibido; y bien merecidas las tenía ,por no haber cumplido con mi palabra.


Ya era de noche, teniamos hambre, no teníamos donde pasar la noche y tras de eso había una oscuridad parcial.


Como casi no veíamos nada, nos dimos cuenta que algo venía hacia nosotros pero no podíamos distinguir que era. Por lo que pensé que sería una oportunidad de mostrar todo mi valor, mientras que Sancho estaba temblando del miedo.


Cuando pudimos distinguir que era lo que se acercaba hacia nosotros, nos dimos cuenta que eran unos encamisados, montados en sus caballos.A éstos cuando se acercaron lo suficiente, les formulé muchas preguntas entre ellas estaban: ¿de donde venís? ,¿a donde vais?, ¿que es lo que en aquellas andas llevais?, a lo que ellos me contestaron: no tenemos tiempo, vamos de prisa. Les dije que me contestaran o que ya verían las consecuencias que os recibirían. En eso, una mula se asustó y dejo caer a su dueño. Haciendo que todos los demás encamisados, siguieran su rumbo con más prisa. Dejando al pobre y desvalido encamizado tirado en el suelo. A lo que yo aprovech, que estuviese en el suelo, y le formulé la pregunta nuevamente, a lo que el encamizado respondió: llevamos un muerto.


Mientras yo, hablaba con el religioso (el encamizado, que se había caído de la mula); Sancho muy astutamente, aprovechaba de la oscuridad, que aquella noche nos había otorgado y se robaba toda la comida posible, que estos hombres llevaban consigo.


Cuando el religioso se marchó, Sancho y yo nos dispusimos a comernos toda la deliciosa comida que Sancho había robado ,en un prado.



una batalla peligrosa...


Sancho se reveló ante mi diciendo que las aventuras que hemos tenido hasta ahora, no han sido, mas que solo golpes, maltratos, burlas, apaleadas... en fin, un monton de desdichas que no nos han traído nada bueno; y que ni siquiera hemos tenido una aventura verdadera, ya que las que hemos tenido no han sido con verdaderos caballeros armados.


Estabamos Sancho y yo por el camino, cuando me di cuenta de que había una inmensa polvareda en la mira,justo en frente nuestro, a lo que de inmediato pensé, que era un ejercito armado, este ejercito estaba comandado por nada mas y nada menos que Alifantarón; quien se iba a pelear con el ejercito de Pentapolín. Le expliqué en el camino a Sancho, nuestra misión en esa batalla. Lo que tendríamos que hacer es ayudar a los desamparados, a los heridos, a los que pidan de nuestras atenciones.


Le sugerí a Sancho, subiesemos por una colina, para así poder enseñarle los personajes principales de aquella batalla, y que Sancho aprendiera un poco más y para que los dos pudiesemos observar mejor esa batalla. Una vez arriba, le empecé a nombrar los soldados mas famosos de ambos bandos, entre ellos le dije: Timonel de Carcajona, Pierres Papín, Laurcalco Micocolembo, Brandabarbarán de Boliche, entre muchos otros, no voy a nombrar, ya que son muchos.


Mientras yo le relataba a Sancho todo lo que ocurría en la batalla, Sancho se atrevió a decirme que no había nada de lo que yo estaba diciendo, que no existian gigantes, ni caballeros, ni la musica, ni los tambores... nada. Solo ovejas y carneros y los pastores, quienes las acompañaban. A lo que yo, muy sabiamente, le conteste que el no podía ver ni oír nada porque tenía demasiado miedo y que si era tanto el miedo que el tenía, que sería mejor si el se apartara y se fuera a algun lugar que fuese seguro para el, mientras yo iba a la batalla.


Sancho me gritaba que no fuese... que lo único que iba a embestir iban ser ovejas y carneros;pero yo muy bien sabía lo que estaba viendo y no me podía dejarme engañar por mi miedoso escudero.


Cuando me encontraba en la batalla, di lo mejor de mi, pero como es de saberse, mis contricantes eran fuertes y también me atacaban. Por suerte, me recordé de mi licor,cura todo, y me lo empecé a tomar, para reponer energías.


Terminada la batalla, llegó mi escudero, a ayudarme. Le dije que me viera cuantos dientes me hacían falta y cuando Sancho se asomó, me dieron una grandes ganas de vomitar, lo cual no puede contener las ganas y le vomite ensima. Mi escudero al ver que tenía mi vomito, el cual parecía sangre pero era mi brebaje, ensima de todo su cuerpo, le produjo un gran asco y vomitó ensima de mí. Simplemente eramos un charco de vomito.


Sancho se disponía a curarme, cuando se dió cuenta que no tenía sus alforjas, por lo que ahora no tenían ni comida ni medicamentos.

Necesitamos encontrar un lugar donde pasar la noche y donde nos den comida. Así que le dije a Sancho, escogiese un camino.



cap.17


Le conté a Sancho un secreto muy profundo y lo hice prometer no contarselo a nadie, mientras yo este con vida. Mi secreto no lo puedo revelar, ni siquiera a mi diario, ya que si alguien lo encontrasé, lo leería y mi secreto sería revelado al mundo entero. Lo único que os puedo contar ,querido diario ,es algo que pensamos ,Sancho y yo, esta ocurriendo en este castillo. Ambos estamos de acuerdo, con que algo raro pasa en el castillo, y no nos cabe la menor duda de éste está encantado.

Mandé a Sancho en busca de ciertos ingredientes que necesitaba para poder hacer mi famoso salutífero bálsamo. El cual está compuesto por : aceite ,sal ,romero y vino. Éste sirvirá para aliviar nuestros dolores. Cuando Sancho me trajo, lo que necesitaba, empecé a mezclarlo todo y lo cocí hasta que ví que ya estaba en su punto. Despues le hice unas oraciones para que así me pudiese curar con un poco de ayuda divina. Apenas me tome el bálsamo empecé a vomitar, hasta el punto de no tener nada en mi estómago, pedí que me arroparan y me dejaran descanzar, para así recuperarme del todo. Y así fue, dormí durante 3 horas y cuandó desperté estaba aliviado, éste remedio es simplemente maravilloso.

Sancho al ver mi recuperación milagrosa, me pidió poder beberse lo que quedaba de el brebaje. Y yo le otorgue tal privilegio, con tan mala suerte, que se me había olvidado que ese remedio solo sirve con los caballeros armados y Sancho por consecuente no lo es. Así que, en lugar de aliviarlo, lo empeoró.

Estaba ansioso de poder retomar mis aventuras, porque ya hacia mucho tiempo no me sentía tan bien como me siento en este momento, por desgracia mi compañero no se sentía de la misma manera; pero yo siempre e pensado : dichosos aquellos que aprovechan el tiempo. Y yo ya no puedo perder más del mío, así que ahora mismo preparé todo para poder salir en busca de aventuras, ayudare a mi amigo Sancho a vestirse y a subirse al asno.
Mande a llamar al caballero, dueño del castillo encantado, para darle las gracias por habernos acogido en su hermoso castillo y también le recordé que el podría contar conmigo y con Sancho siempre que tuviese algun problema con alguien. A lo que el caballero me contesto, con un tono modesto: yo no necesito que usted me vengue con nadie, solo necesito que me pague lo que me debe, por su estadía en la venta. Y yo le conteste: que me encontraba engañado, ya que yo pense que era un castillo. Y que de acuerdo con los libros de caballeria, ningun caballero debía pagar, en donde se hospedara, ya que los caballeros sufren muchas cosas (el clima, batallas, raspones, golpes...) y por eso, no se paga en donde pasen la noche, ya que eso es como un tipo de recompensa por el arduo trabajo, que éstos efectuan. El ventero no me quizo comprender; así que como yo ya le había dado mi más humilde explicación, me retire y me fui de su venta. Por consecuente le cobraron a Sancho, su estadía en la venta y Sancho decidió decir mi misma excusa y irse sin pagar. Pero con tan mala suerte que unos bandidos lo atraparon y lo torturaron un rato. Yo intenté rescatarlo ,pero se me hizo imposible, ya que la venta estaba totalmente cerrada. Le robaron sus alforjas, como un intercambio por los buenos servicios que le habían otorgado, los de la venta.

cap.16 peor q ántes.


Me encuentro sumamente dolido de mis costillas, ya que la caída que me di, fue muy dolorosa, de esas que todos los caballeros deben afrontar, por esta profesión que hemos escogido. Ya no me puedo sentar en asno debidamente. Por eso el caballero , dueño de un castillo, le pregunto a mi amigo Sancho que pasaba conmigo, que porque yo estaba atravezado en el asno, por lo que el contesto que yo me encontraba lastimado por una gran caída que me habia dado. En eso llegó la esposa del caballero y me quizo curar, ya que ella tenía muy buenos sentimientos y al verme en tal situación, quizo que yo me sintiera lo mejor posible. Entonces esta llamó a su hija para que entre las dos me curaran y me alistaron una cama;uyyy aquella cama ...de solo recordarme de lo confortable y blanda que era me dan ganas de acostarme nuevamente.

Sancho empezó a hablar con las hermosas doncellas, y les comento que el tambien se sentía mal, que le dolía todo su cuerpo, aunque el no haya recibido la caída, indirectamente ésta le había afectado, al ver al pobre de su amo tan adolorido. Por lo que, tambien lo atendieron a él y le ofrecieron una muy buena cama, aunque por supuesto no tan buena como la mía.

Para que nos pudieramos recuperar, nos dijeron que para nuestra comodidad fuesemos a acostarnos, compartiamos la habitación con una persona más, un arriero.

Yo intentaba concebir el sueño,pero este no llegaba, así que me recorde de el amor que le tengo a mi Dulcinea, y que no la podía traicionar de ninguna manera. Pero que ya estaba empezando a ser dificil, llevar este amor a distancia, ya que la hija del caballero, dueño de este castillo, cayó perdidamente enamorada de mí y hoy por la noche vendrá a visitarme a mi habitación, y es que ella es tan hermosa, gentil y buena, que no se como voy a hacer para contener mis impulsos;pero tendré que hacerlo por el amor que le tengo a Dulcinea.

Llegó la hora en la que mi enamorada (Maritornes) llegó a visitarme, yo la recibí con los brazos abiertos y le conté mi situación, que nuestro amor es imposible y que nunca se podrá efectuar, ya que entre los dos hay una persona de por medio (Ducinea del Toboso), ella no me dijo nada, creo que la desilución la tomó por sorpresa y simplemente se indignó y prefirió no hacer ningún escándalo.Por otro lado, el arriero se puso celoso de que la señorita Maritornes me quisiese a mí y no a él, entonces decidió, repentinamente, atacarme, me dio una puñada en mi quijada, se subió en mis costillas... la cama no soportó aquel ajetreo y se cayó. Ese sonido hizo que el dueño del castillo se despertara y Maritornes se fuese a acurrucar con Sancho (para que el dueño del castillo no se diera cuenta que ella se encontraba ahí), el cual estaba dormido y al sentir tal carga en su cama pensó que era una pesadilla y le empezó a pegar a Maritones. Después el arriero le empezó a pegar a Sancho y como no había luz en aquella habitación, todos se pegaban con todos, sin saber quien era quien ( el dueño del castillo, el arriero, Sancho, Don Quijote y Maritones). Después de varios minutos golpeandose, todos se fueron de la habitación, quedando solos Sancho y yo, sin podernos mover , por tales golpes.

Ahora estoy mil vez mas adolorido de como me encontraba al principio, con el dolor de mis costillas. El dolor en todo los sectores de mi cuerpo a incrementado notoriamente. Y no solo mi dolor, sino tambien el de Sancho.