jueves, 15 de abril de 2010

Un percance inesperado..


Me dirijo hacia mi casa, ya no como el normal hidalgo que solía ser, ahora soy todo un caballero.Y esa transición de: persona normal a caballero es toda una transformación, necesitaré hacer unos cambios en mi forma de ser, actuar y de ver la vida...Necesito de un escudero, que me acompañe en todas aquellas aventuras que vendrán, alguien fiel, amable, servicial, dispuesto a arriesgar su vida para salvar la de su amo.
Cuando iba de camino hacia mi casa, oí unas voces delicadas que provenían del bosque, unos quejidos;asi que, fui a investigar, que era lo que sucedia. Cuando llegué al lugar de donde tales quejidos provenian, me di cuenta de que un hombre estaba azotando a un niño. En ese momento sentí: furia, rabia, colera y le dije, con tono heroíco:"Deja de azotar a ese niño, de no ser que quieras enfrentarte conmigo". Recuerdo que el hombre se detuvo, y senti satisfacción porque ,yo, ya estaba llevando a cabo mis primeros actos honorables, como caballero andante.
Seguí con mi camino... ya estaba empezando a cansarme, cuando me topé con dos mercaderes, en eso, aproveche y les conté de mi hermosa y amada Dulcinea, estos se burlaron de mí de tal forma que yo acaté a atacarlos pero tuve mala suerte y Rocinante se tropezó y con esto hizo que todas mis armas cayeran al suelo. Los mercaderes al ver que los iba a atacar,pero que fallé, me atacaron a mí, lo cual me parece injusto, ya que yo no estaba preparado para la situacion en ese momento, y estos me rompieron mi lanza, me golpiaron, hasta tal punto que no podia enderezarme.
Después de un rato, esos desgraciados hombres se fueron y me dejaron ahi solo con Rocinante, tirado en el suelo, me sentía como un pobre desgraciado,derrotado, adolorido. No podía enderezarme, me dolía todo..

No hay comentarios:

Publicar un comentario