El caballo llego por nosotros llegada la noche. Se me partio el corazon al pensar en como se deberia de sentir Rocinante, ya que este caballo de madera lo duplicaba en tamaño y fuerza. Y , a como conozco a Rocinante, el pobre no ha de notar que el caballo no es de carne y hueso. Seguramente debio sentir que lo cambie. Debo aclarar que mi fiel compañero siempre estara ahi en cambio este caballo es solo para transportarme y poder llegar a tiempo a la tan dichosa batalla , de la cual saldre victorioso, si Dios lo permite. El, Dios, sabe que yo soy un buen hombre y que hago esto por amor a lo que hago, a lo que considero bueno y honesto, por lo justo.
El caballo era tan grande que debimos taparnos los ojos para prevenir futuros mareos. La altura era de tal magnitud que era mejor prevenir que lamentar. Sufrir vomito en un viaje tan largo no iba a ser una experiencia satisfactoria para ninguno de los dos. Los encantadores me tentaron a pensar que yo no necesitaba cerrar los ojos para subir a ese caballo, es obvio que ellos querian que yo llegase en malas condiciones a la batalla y que perdiese. De ese modo, los encantamientos seguirian vigentes y yo no haria el bien. Gracias a mi sabiduria y a los consejos de Sancho, no cai en la trampa. Debi oir a mi corazon antes de a lo que los encantadores trataron persuadirme. Ademas, Dulcinea me advirtio antes de que me fuera a buscar nuevas aventuras que yo iba a enfrentar peligros inimaginables pero que yo debia saber reconocer lo bueno de lo malo y que ella confiaba en mi lo suficiente como para saber que yo tomaria una buena decision al final de todo.
Nos dieron varias indicaciones a cerca del caballo, no solo la de cerrar los ojos para subir. Ademas de esa, nos dijeron que para activar el caballo debiamos mover una clavija, esta se encontraba en el cuello del caballo y que para bajarnos del caballo debiamos esperar a que el caballo relinchara. De ese modo nos dariamos cuenta de que ya habiamos llegado a nuestro destino.
Algo sumamente extraño paso. No se ni como ni nada. Estoy algo confuso. Gane la batalla contra Malambruno. Eso me lo esperaba porque yo soy un gran caballero pero lo que no me esperaba era que sin siquiera combatir haya ganado. Lei una nota que decia que si habia combatido y que habia ganado. Seguramente pase tanto tiempo en el caballo, que el calor de estar ahi adentro me hizo delirar, despues seguramente llegue pero ya no recuerdo, combati, que tampoco recuerdo y el caballo era tan veloz que llegamos super rapido justo al mismo lugar donde estabamos. Es increible lo rapido que va ese caballo. Lo bueno es que a pesar de todas las adversidades que pasamos y todas las condiciones de Malambruno puso, llegue y lo venci, como lo dije anteriormente. Cumpli con lo prometido, como siempre.
El duque me felicito por la gran labor que habia cumplido, siento tan satisfactorio hacer las cosas bien y que me las reconozcan.
Sancho comento con la duqueza la experiencia que tuvimos en nuestro viaje en Clavileño. Entre las cosas que dijo fue: que la gente se veia diminuta, tanto como las hormigas que llegan hacia la azucar cuando esta esta en el suelo. El afirmo que el encantamiento fue el que hizo que nosotros vieramos las cosas de ese modo. Nunca se sabe realmente lo que pasa cuando uno esta poseido por un encantamiento. Sancho tambien relato que llegamos tan cerca del sol que lo sintio, sintio su calor y que el mismo pudo comprobar su enorme tamaño. Por ultimo, dijo que nos habiamos detenido en la constelacion de las siete cabrillas. No le creyeron al pobre Sancho, pero yo se que lo que ahi ocurrio y lo que dijo Sancho fue exactamento lo mismo a lo que yo presencie. Tal vez haya sido el hecho de que ambos estabamos bajo el mismo encantamiento o tal vez haya sido que realmente paso eso. Sea lo que sea, lo que experimentamos fue memorable. Ambos disfrutamos ese viaje mucho.
miércoles, 1 de junio de 2011
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Qué enredo de mentiras, mienten unos y otros, un juego de ilusiones, de sueños y esperanzas. Deseamos todos que nuestros sueños se cumplan,y si nos lo dicen, como a don Quijote, ¡mejor!
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