lunes, 11 de abril de 2011

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La duqueza y yo nos acostamos, obviamente en habitaciones separadas pero si nos acostamos al mismo tiempo. Por otro lado , mi escudero Sancho se quedo alardiando con las doncellas. Seguramente estaba presumiendo las tantas aventuras que ha vivido conmigo y los grandes reconocimientos que nos han otorgado. Sancho es tan presumido... Lo mejor es que no presume de si mismo, sino de mi .

Antes de dormirme, pense en mi Dulcinea. En lo mucho que la amo, en lo mucho que la extraño, empece a recordar los momentos especiales que habiamos compartido juntos. Tambien pense en que el motivo de que cada dia haga mas aventuras es por ella. Para darle fama a su nombre, para honrarla cada dia mas. Me dormi despues de haber pensado en todas esas cosas. Puedo asegurarles que tuve lindos sueños ya que cuando cerre mis ojos lo primero que vi fue a mi hermosisima Dulcinea.

1 comentario:

  1. Al fin el hidalgo se encuentra a la altura de sus sueños, se sabe conocedor, se sabe caballero con amada incluida. Sigue por esta senda tan maravillado como siempre, viendo que se cumple lo que dijo que se cumpliría. Un espejismo maravilloso y cruel. Excelente perspectiva.

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