miércoles, 9 de febrero de 2011

16

Hoy e dejado de ser un caballero mas del monton, hoy soy EL MEJOR. Para aquellos que todavia no se han enterado del acontecimiento tan glorioso y dichoso que hace que mi alegria se vea reflejada por todas partes, les hare saber la noticia.Bueno... como todos saben, yo soy un caballero exitoso y nada presumido pero algo que me encanta hacer es recordarme de las victorias y fracasos que e tenido. De hecho me gusta mas recordarme de los fracasos porque de ellos e aprendido algo en cambio de las victorias me recuerdo del placer de ganar y de que en el fondo , por lo general, esa victoria beneficia a algun desvalido.Mi ultima victoria me ha puesto muy feliz y estoy muy orgulloso de ella.

Ibamos Sancho y yo hablando por un sendero cuando de repente me di cuenta de que un hombre de prendas costosas se acercaba. Sin pensarlo dos veces supe de ante mano que ese hombre era adinerado, elegante y que parecia ser un bueno. Sin pensarlo mucho, le pregunte si deseaba acompañarnos a Sancho y a mi en una aventura que nos esperaba. El hombre creo que no se esperaba esa propuesta tan halagadora.

Don Diego de Miranda fue el hombre al que le hice la propuesta de acompañarnos. El , como lo supuse, era adinerado y bueno. Es tanto el dinero que tiene que lo comparte con los que no gozan de éste. Eso quiere decir que el ayuda a los desvalidos, igual que yo , solo que yo lo hago con salvarles la vida ; en cambio el los ayuda en cuestiones economicas. Ademas, don Diego tiene una familia. El me comento que tenia un hijo y que queria de el un gran muchacho y que ganara una fortuna, igual que el; pero que su hijo no mostraba interes alguno por el derecho y que lo unico que lo motivaba para que su vida siguiera su rumbo era la poesia. Yo, Don Quijote de la Mancha, no soporto que menosprecien la poesia, ya que me parece que es una gran profesion y que si algun muchacho le mete dedicacion y amor a lo que hace, éste siempre triunfara.

Apenas conclui de hablar de poesia , seguimos nuestro rumbo. Pero, en el camino me di cuenta de que un carruaje de gran elegancia llevaba unas banderas bastante singulares. Le pregunte al hombre que guiaba el carruaje que que banderas eran esas y el me dijo que eran las de la realeza y que le iba a dar algo a los reyes. En ese momento, supe que una ventura venia por mi y por Sancho tambien, por supuesto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario