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Tremendo susto me e pegado. Iba yo tranquilo con mi compañero de aventuras Sancho y mi fiel acompañante Rocinante cuando de repente veo que la muerte misma se me esta acercando. Se me acelero el corazon de solo ver que se acercaban cada vez mas. Me pregunte a mi mismo ¿Sera ya mi hora de morir? No sabia que hacer en ese momento, mas que tener miedo. Sancho no se quedaba atras. Estaba tan aterrorizado como yo, o tal vez hasta mas que yo.

Lo peor de la situacion fue que no era simplemente el demonio que se nos acercaba, era toda una tropa de demonios. Quien sabe cuantas almas iban a robar, aquel dia.

Yo, estaba preparado psicologicamente para que aquel dia desapareciese de la faz de la tierra. Se me vino a la mente, la imagen de mi adoradisima Dulcinea, de mis libros de caballeria, de Rocinante, de Sancho, de todas aquellas personas y cosas que extrañaria en el otro mundo.

Se me fue el susto de muerte cuando me di cuenta que esos demonios eran simplemente unos hombres disfrazados. Ya se me hacia raro que mi muerte se me aproximara tan pronto, yo no estaba enfermo, ni e hecho cosas malas por contrario hago mas cosas buenas de la cuenta ya que mi profesion exige ese tipo de cosas.

Cuando me encontraba apenas recuperandome de ese susto. Me cai de Rocinante. Creo que hoy no fue mi dia de suerte.

Fueron esos enmascarados los que han hecho que mi suerte se desvanezca. Estaba yo dispuesto a pelear a muerte contra esos desgraciados quita suerte, hasta que Sancho me detuvo, ya que sus palabras tenian cordura. Esos actores de pacotilla no eran caballeros dignos de pelear con alguien tan distinguido como yo. Es obvio que yo les ganaria en unos cuantos segundos. No seria justo, pelear con alguien, cuando se sabe de ante mano que no tienes competencia.

Despues de esa gran perdida de tiempo y de paciencia; decidi que mis aventuras no tenian porque retrazarse mas . Asi que segui el camino hacia mis nuevas aventuras...